Chile es otro país de Latinoamérica en el que la influencia estadounidense ha hecho que cada vez sean mayores las celebraciones de Halloween. Esta fiesta empezó a celebrarse en ese país a mediados de la década de los 80 y especialmente entre las clases altas. Pero cada año esta celebración se extiende más y más entre los ciudadanos.
En la actualidad, muchos niños aprovechan este día para salir a las calles vestidos con disfraces y pedir caramelos entre sus vecinos. Los niños suelen recorrer sus vecindarios junto a sus amigos y junto a un adulto que los supervise.
Los jóvenes y adolescentes también han adoptado las tradiciones estadounidenses. Desde hace algunos años, cada vez son más frecuentes en el país las fiestas de disfraces o las celebraciones en discotecas.